El pasado julio, la
ministra de Agricultura y Ganadería en funciones, Isabel García Tejerina, habló
del TTIP como de una "gran oportunidad" en el ámbito empresarial. Eso sí,
Tejerina consideró que el acuerdo podría ser positivo a nivel comercial siempre
que se respeten los controles de calidad de los alimentos y las
Denominaciones de Origen.
La armonización de
las normativas es algo defendido por las dos partes negociadoras, la Unión
Europea y Estados Unidos, pero es precisamente ese uno de los puntos por los
que las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio están estancadas. Pues
en la UE, los controles de seguridad alimentaria y medioambiental son más estrictos que en EE.UU.
Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), uno de los principales objetivos de EE.UU. en el marco del TTIP es reducir los estándares de seguridad alimentaria y bienestar animal europeo para tener un mayor acceso a los mercados agrícolas del viejo continente.
Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), uno de los principales objetivos de EE.UU. en el marco del TTIP es reducir los estándares de seguridad alimentaria y bienestar animal europeo para tener un mayor acceso a los mercados agrícolas del viejo continente.
En Europa, y especialmente
en España o Francia, preocupa el mantenimiento de las Denominaciones de
Origen, que son un importante sello de calidad al tiempo que una
distinción que hace más atractivos los productos nacionales en el extranjero.
Como queda reflejado en el informe
sobre la última ronda de negociaciones del TTIP, es incompatible la defensa del libre
comercio con la protección de la producción local. No puede apoyarse el
mantenimiento de la producción y la calidad de alimentos locales si no es
apoyando un proteccionismo que, guste o no, es contrario a la globalización y
al libre comercio con el que se pretende acompañar.
¿Se puede hablar ya de fracaso del acuerdo?
¿Se puede hablar ya de fracaso del acuerdo?
El vicecanciller y
ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, ha declarado este domingo que
"las negociaciones con EE.UU. han fracasado de facto, pese a que,
realmente, nadie lo admite".
La UE intenta publicitar
que con el TTIP se respetarán las Denominaciones de Origen protegidas, pero en
las últimas rondas de negociaciones se ha dejado de lado el tema.
El Acuerdo de Asociación
Transpacífico (TPP) firmado por doce países el pasado febrero, deja fuera la protección de las DO. Este es un claro referente de la ausencia
de interés por parte de EE.UU. de respetar la calidad y el origen de los
alimentos. Y es algo que no debería sorprendernos estando claro el principal
objetivo de un acuerdo comercial como el TTIP: el aumento de la productividad y el beneficio de las multinacionales.
De momento, que el TTIP
pueda ser un instrumento para introducir en el comercio globalizado normas de
calidad ambiental y alimentaria, parece más una utopía que una realidad
alcanzable.
El TTIP excluye a las
denominaciones extremeñas
El pasado julio, el
consejero de Economía e Infraestructuras de Extremadura, José Luis Navarro,
denunciaba que ni las Indicaciones Geográficas ni las Denominaciones de Origen
de Extremadura fueran incluidas en la lista de productos agroalimentarios
protegidos que contempla el TTIP.
La Junta de Extremadura ha
señalado que la comunidad cuenta con una serie de productos que mantienen un
sistema de producción de calidad diferenciada, y que representan una parte muy
importante de la economía rural de Extremadura. Por ello, Navarro reclama
transparencia al Ministerio de Economía a la hora de explicar los criterios que
el Gobierno español está atendiendo para incluir o no en esa lista a los
productos nacionales.
También el pasado mes, iniciada la 14 ronda de negociación del TTIP, Plátano de Canarias pedía el fortalecimiento de todas las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas protegidas en España, que son más de 180 en todo el territorio nacional.
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